Kenia es un país que cuenta con una abundante cantidad de recursos hídricos naturales. Sin embargo, estos se distribuyen de forma muy desigual, ya que el 85% del país se consideran zonas áridas o semi-áridas, mientras que tres cuartas partes de las aguas superficiales se originan en las tierras altas centrales. El lago Tana y el lago Victoria son las dos principales masas de agua en superficie, mientras que en el Valle del Rift se encuentran los acuíferos de mayor rendimiento. Por lo que respecta a las aguas subterráneas, están infrautilizadas en comparación con las superficiales.
Los recursos hídricos naturales en Kenia
Así, a pesar de contar con estos recursos hídricos naturales, la población de Kenia sigue teniendo a día de hoy un problema con el acceso al agua potable. Según datos de Water.org, el 15% de personas en Kenia depende de fuentes de agua no mejoradas, es decir, probablemente contaminadas, como pozos o estanques, y el 41% carece de acceso a infraestructuras básicas de saneamiento. Según UNICEF, la cifra de personas sin acceso a agua potable alcanzaría el 59%. Como sucede en otros países de África, esta problemática es más acentuada en zonas rurales y suburbios urbanos, en las primeras por una falta endémica de infraestructuras, y en la segunda especialmente por los altos niveles de contaminación de las fuentes de agua accesibles.
El cambio climático agravará esta situación, ya que se prevé que en Kenia aumenten las precipitaciones, pero también los períodos de sequía. Y sin las infraestructuras adecuadas para almacenar y tratar el agua, las precipitaciones no supondrán un alivio al estrés hídrico actual.
Según el estudio de USAID, las cinco grandes presas hidroeléctricas en el río Tana, que también sirven para el regadío, han reducido los caudales de la estación húmeda en los humedales aguas abajo. Los planes de desarrollo prevén la construcción de nuevas presas y la ampliación del regadío para reducir la pobreza y mejorar la resistencia a la sequía, pero esto podría dar lugar a una sobreexplotación de las aguas superficiales.
Organización y financiación, las claves para mejorar el acceso al agua potable
Una mejora de las infraestructuras que permitan la conservación y el tratamiento del agua para potabilizarla parece ser la alternativa más viable, pero no es tan fácil, por una mera cuestión organizativa. El solapamiento de funciones y responsabilidades entre el Gobierno y las diferentes autoridades provinciales y locales, además de la escasez de fondos, son el principal escollo a salvar en Kenia para una buena gestión del agua. De hecho, el acceso al agua potable se ha convertido en una cuestión política, siendo los planes para poner el agua potable al acceso de todos una de las propuestas de los diferentes partidos.
Pero falta de coordinación hace que cada zona siga su propia agenda, y las cuestiones relacionadas con el acceso al agua potable quedan relegadas a un segundo plano, como por ejemplo proyectos como el Plan Estratégico Nacional del Sector de la Educación, que tiene como uno de los objetivos «la disponibilidad de agua limpia, la promoción del lavado de manos y el saneamiento adecuado en las escuelas de preescolar repercuten positivamente en la salud de los niños, evitando enfermedades e infecciones transmitidas por el agua». Los colegios acaban intentando implementar el Plan con recursos propios y limitados, y muchos dependen todavía de sistemas de purificación básicos.
Además de la falta de coordinación a nivel gubernamental, la financiación es la otra piedra angular para resolver el acceso al agua potable en Kenia. Aunque desde el 2000 tanto el Gobierno como sus partners han incrementado significativamente la inversión para mejorar el acceso al agua potable, como sistemas de abastecimiento y alcantarillado urbano para evitar la contaminación, el país todavía depende en gran medida de la financiación externa para llevar a cabo proyectos como el Kenya’s National Water Master Plan 2030. Iniciativas de organizaciones no gubernamentales como Water is Life Kenya siguen siendo esenciales para abastecer de agua las zonas rurales.
En resumen, en Kenia el acceso a agua potable sigue siendo uno de los principales retos para el desarrollo social y económico del país, pero requerirá de dos factores clave: Una mejor coordinación de Gobierno y entidades públicas a diferentes niveles, y una mayor inversión en infraestructuras de abastecimiento y potabilización del agua, entre otros.
Por ello, el mercado del tratamiento del agua en Kenia se espera que aumente en los próximos años, por la existente necesidad para todavía una gran parte de la población, la disminución de las reservas de agua dulce, y el aumento de las actividades industriales.