El agua, y más concretamente el agua potable para consumo humano, es un elemento cada vez más necesario a nivel global. Parecería que a día de hoy, con todo el progreso tecnológico y social, algo tan básico como el agua potable no tendría que ser un problema, pero así es. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha realizado recientemente un llamamiento urgente a la acción para acelerar los avances para garantizar agua potable para todo el mundo.
El informe de la OMS presenta datos sobre las conexiones entre el agua, la salud y el desarrollo social y económico, y aborda diferentes recomendaciones para acelerar el proceso de acceso universal al agua potable, como la financiación, el desarrollo de capacidades o la innovación. Esto nos lleva al siguiente punto, las diferentes formas en que se puede garantizar o mejorar el acceso al agua potable, especialmente en países donde gran parte de la población rural no tiene acceso fácil a infraestructuras suficientes, entre otros inconvenientes.
En algunos países, como por ejemplo en Nigeria o Costa de Marfil, el problema no suele ser el acceso a una fuente de agua en sí, sino el hecho de que estos recursos hídricos presentan unos niveles de contaminación elevados, suponiendo un riesgo para la salud. Según la OMS, el mundo hay al menos 2000 millones de personas que utilizan una fuente de agua para consumo humano contaminada. Así, uno de los principales retos de muchos países es el tratamiento del agua para su potabilización.
En este sentido, una de las formas más económicas y eficientes para potabilizar el agua es su tratamiento con hipoclorito de sodio, gracias al su elevado poder desinfectante y su capacidad para eliminar bacterias, hongos y otros microelementos patógenos. Sin embargo, una gran parte de la población mundial no tiene acceso a una producción local de hipoclorito sódico, sino que lo importa, con las restricciones y riesgos derivados.
El hipoclorito de sodio, un mercado en crecimiento
Según algunos estudios, este mercado tiene prevista una tasa de crecimiento anual compuesta (CARG, Compounded Annual Rate of Growth) del 4,7% para el período 2021-2030. El incremento de la población a nivel global y la mejora del estilo de vida y de los hábitos de higiene de los consumidores son los dos factores principales que contribuyen al crecimiento del mercado del hipoclorito de sodio, unos hábitos que se han visto todavía más impulsados por la reciente pandemia de COVID-19.
De acuerdo con datos del 2020, la principal aplicación del hipoclorito de sodio es el tratamiento del agua, con más de la mitad de la producción destinada a este uso. Suele ser un uso a nivel institucional o gubernamental, para la desinfección del agua en lugares como escuelas, unidades residenciales, oficinas, parques públicos, centros comerciales, piscinas y zonas de baño, por poner algunos ejemplos.
La segunda aplicación más extendida es en la industria del papel, seguida por la industria textil y las aplicaciones médicas.
La urbanización e industrialización de naciones emergentes como China y la India también se traduce en un incremento de la demanda de hipoclorito de sodio para la industria del tratamiento químico de aguas residuales. En África, la creciente industrialización e incremento de la industria manufacturera también contribuyen esta demanda.
En resumen, hay un gran número de factores a nivel global que favorecen el crecimiento del mercado del hipoclorito de sodio. Las personas están cada vez más concienciadas de la importancia de un estilo de vida saludable y sano, lo que se traduce, entre otras cosas, en la demanda de acceso a agua potable, y un mayor consumo de productos para la higiene personal y la limpieza y desinfección de espacios. A nivel industrial, aumenta también la demanda de industrias que necesitan el hipoclorito de sodio como componente en sus productos —como los detergentes o los productos de limpieza y desinfección—, y la demanda para el tratamiento de aguas residuales, gracias en parte a una mayor concienciación del impacto medioambiental del vertido de aguas contaminadas.
El hipoclorito de sodio, además de ser un desinfectante altamente eficaz, es también utilizado como esterilizador, oxidante, agente blanqueador y germicida, por lo que sus aplicaciones son muy variadas.
El único inconveniente, que muchas empresas y entidades públicas y gubernamentales están afrontando, es que no siempre hay un suministro regular y suficiente de hipoclorito de sodio para abastecer la demanda de los diferentes sectores, ya que se trata de un producto químico sometido a restricciones de transporte e importación por sus riesgos.
Una de las soluciones que más se está adoptando, tanto a nivel gubernamental como industrial, es la implantación de plantas de electrólisis que produzcan hipoclorito de sodio para abastecer la demanda local, un sistema que resulta más económico a medio y largo plazo, y permite responder a la creciente necesidad de los diferentes mercados.