Las Islas Canarias cuentan con una gran riqueza natural. Sin embargo, siempre han tenido por delante un desafío: Optimizar el acceso y la distribución del agua potable. Según datos del IPNA, en Canarias más de la mitad de los recursos hídricos son agua subterránea, aunque de forma desigual según la isla. Por ejemplo, en La Palma representa casi el 100% de los recursos hídricos disponibles, mientras que en Lanzarote es un recurso casi inexistente.
Pero el cambio climático está afectando a este recurso, provocando por una parte sequías cada vez más prolongadas en las islas, y por otra aumentando el nivel del mar, que puede provocar intrusiones del agua de mar en las aguas dulces subterráneas, disminuyendo su calidad.
Por suerte, se están desarrollando proyectos para optimizar la gestión de los recursos disponibles, minimizar los efectos del cambio climático y permitir que las Islas Canarias sigan siendo autosuficientes en lo que respecta al acceso al agua potable de una forma respetuosa con el medio ambiente. Uno de estos proyectos, que ha contado con el apoyo gubernamental, son las dos plantas de electrólisis cloro-álcali que Welysis ha desarrollado y puesto en marcha en las islas.
BIOMCA, una pieza clave en el abastecimiento de hipoclorito sódico
BIOMCA QUÍMICA se constituyó en el 2014 en Santa Cruz de Tenerife con la finalidad de fabricar hipoclorito sódico, un compuesto químico que se utiliza como desinfectante por su capacidad de eliminar todo tipo de microbios y otros microorganismos nocivos.
El cloro utilizado para elaborar hipoclorito sódico se elabora mediante electrólisis de cloruro de sodio con celdas de membrana. Según Industria Química, antes de la implementación de estas plantas, todo el hipoclorito sódico que demandaba el archipiélago canario tenía que traerse en su totalidad desde afuera, con la consiguiente merma en la calidad del producto (una vez fabricado comienza un proceso paulatino de degradación), que se produce durante su transporte desde el punto de fabricación.
El hipoclorito de sodio juega un papel fundamental en los procesos de potabilización de aguas, tanto del agua para consumo humano y para usos industriales, como en el tratamiento de piscinas y en la fabricación de productos químicos derivados, como limpiadores y desinfectantes.
El proyecto de BIOMCA
En octubre de 2015 tuvo lugar la ceremonia de colocación de la primera piedra para la construcción de la primera planta de BIOMCA, que se denominó Biomca Química Tenerife. Esta planta se inaguró en 2016 con una capacidad de 6,6 TMPD de Cl2, y en el año 2019 se amplió la producción hasta alcanzar las 9,9 TMPD de Cl2.
Actualmente, una segunda planta, Biomca Química Gran Canaria, se encuentra en fase de puesta en marcha.
El proyecto Biomca Química GC consiste en la instalación de una planta tipo M2++ para la producción de 9,9 TMPD de cloro gas (Cl2) a partir de la electrólisis del cloruro de sodio (NaCl), utilizando tecnología de celda de membrana y una calidad de sal que no requiere tratamiento primario de salmuera (Vacuum Salt). Las instalaciones están situadas en una parcela en terrenos de la Zona Franca en la dársena pesquera del puerto de Santa Cruz de Tenerife, donde se han invertido unos 6 millones de euros para su construcción en nueve meses.
Además, la planta cuenta con una unidad de producción de hipoclorito de sodio (NaClO), una unidad de síntesis de ácido clorhídrico (HCl) y una futura concentradora de hidróxido sódico (NaOH), que produce:
- Hipoclorito de sodio 14-17 (w%/w%)
- Sosa cáustica 32-50 (w%/w%)
- Ácido clorhídrico 33 (w%/w%)
Y como subproducto se produce también hidrógeno 76,61% (mol/mol). El proceso se basa en la electrólisis de salmuera ultrapurificada mediante un electrolizador de membrana bipolar para producir cloro gaseoso, solución de hidróxido sódico (sosa cáustica) al 32% y gas hidrógeno. El cloro gas puede ser absorbido por una solución de hidróxido de sodio para la producción de hipoclorito de sodio o enviado a la unidad de ácido clorhídrico para la obtención de este compuesto por medio de la combustión con hidrógeno gas.
Las plantas cuentan con todas las áreas para realizar los procesos íntegros, de forma totalmente segura, y con tecnologías que minimizan el impacto ambiental, como por ejemplo un aerogenerador, baterías de combustible de hidrógeno, o placas solares.
En resumen, además de dar un impulso a la población y a la industria de la zona gracias al suministro de compuestos químicos esenciales para la potabilización del agua, entre otros usos, estas plantas de electrólisis cloro-álcali emplean mano de obra local, lo que también contribuye al desarrollo social y económico de las Islas Canarias.