Ya hemos hablado en otras ocasiones de la importancia que tiene a nivel mundial el acceso a fuentes de agua potable. No solo es esencial para la vida y la salud de las personas, sino que tiene un fuerte impacto en el desarrollo social y económico de las comunidades.
Tradicionalmente, se han utilizado diversos métodos químicos y físicos para eliminar elementos contaminantes y microorganismos del agua. Sin embargo, en los últimos años, la electrólisis se está posicionando como la alternativa más eficiente, económica e incluso sostenible en ciertos aspectos para obtener subproductos que se utilizan en la desinfección y potabilización del agua para consumo humano.
¿Cómo se aplica la electrólisis a la purificación del agua? La electrolisis de la salmuera es un proceso electroquímico, es decir, a través de la descomposición electroquímica de una solución de cloruro de sodio (NaCl) y agua se obtiene cloro (Cl2), hidrógeno (H2) e hidróxido de sodio (NaOH). Posteriormente, el cloro es absorbido con la soda cáustica, reaccionando, y uno de los productos resultantes de este proceso es el hipoclorito de sodio, que se utiliza para potabilizar el agua para consumo humano, entre otros usos, gracias a su poder fungicida y bactericida.
Ventajas de la electrólisis aplicada a la potabilización del agua
La principal ventaja de este sistema es que se puede generar de forma local. Uno de los principales inconvenientes de los productos químicos es su transporte y manipulación. Aunque el hipoclorito de sodio también se considera un producto químico nocivo, la ventaja es que gracias a las plantas de electrólisis modulares se puede generar localmente, lo que permite el suministro a áreas rurales o poblaciones de difícil acceso para el transporte, y se acortan los desplazamientos y la huella de carbono asociada estos.
Estas plantas de electrólisis pueden adaptar su capacidad según las necesidades de producción actuales y previstas, desde 2-4 toneladas de cloro al día hasta 10-20 toneladas al día, en función de si hablamos de producción de cloro para potabilizar agua para pequeñas comunidades rurales, por ejemplo, o si se requiere más cantidad para áreas urbanas y/o industriales.
Otra ventaja de la producción de cloro mediante electrólisis es que el proceso puede ser alimentado con electricidad proveniente de fuentes renovables, como la solar o la eólica, lo que la convierte en un proceso energéticamente eficiente y sostenible, ya que reduce las emisiones de gases de efecto invernadero.
La electrólisis garantiza un suministro de hipoclorito de sodio cercano, flexible y eficiente. Por ello, no es de extrañar que cada vez más países opten por la producción local de hipoclorito de sodio, mediante la instalación de plantas de electrólisis en zonas donde hay una elevada necesidad de fuentes de agua potable para el consumo humano.