El potencial de la electrólisis para transformar el acceso al agua potable en África

África es un continente de increíble belleza y con una riquísima variedad de ecosistemas, desde áridos desiertos hasta densas llanuras tropicales, pasando por extensas sabanas, montañas imponentes y costas escarpadas. Si bien esta diversidad natural es una fuente de belleza y biodiversidad, también presenta desafíos significativos cuando se trata de garantizar el acceso al agua potable para todas las comunidades del continente.

¿Por qué sucede esto? Por una parte, en África se encuentran algunos de los desiertos más grandes y áridos del planeta, como el Sáhara y el Kalahari, donde las lluvias son escasas y erráticas, lo que dificulta la disponibilidad de agua dulce. La desertificación, exacerbada por el cambio climático y la deforestación, también contribuye a la degradación del suelo y la pérdida de recursos hídricos, lo que complica aún más la situación.

Por otra parte, África también cuenta con regiones con altos niveles de precipitación y riesgo de inundaciones, especialmente en zonas tropicales y costeras. Si bien las lluvias abundantes pueden ser una gran ventaja para la agricultura y la vida silvestre, también pueden provocar inundaciones repentinas, erosión del suelo y contaminación del agua, dificultando la obtención de agua limpia y segura.

Además, hay grandes extensiones de territorio escasamente pobladas, especialmente en regiones desérticas y rurales. En estas áreas remotas, la falta de infraestructura adecuada, como sistemas de suministro de agua y tratamiento de aguas residuales, dificulta el acceso a servicios básicos de agua potable y saneamiento para las comunidades dispersas. En estas áreas, el transporte de equipos, materiales y personal a través de vastas distancias y terrenos difíciles puede aumentar los costes y complicar la implementación de soluciones sostenibles de agua potable.

Estado actual del acceso al agua potable en África

Estos entornos naturales, unidos a la falta de inversiones suficientes en el desarrollo de nuevas infraestructuras o el mantenimiento de las existentes, hacen que la dificultad de acceso al agua potable sea una realidad cotidiana para millones de personas en el continente africano.

Las fuentes de agua contaminadas con bacterias, parásitos y productos químicos nocivos son una amenaza constante para la salud en muchas comunidades. Además, la sequía, el cambio climático y la falta de infraestructura adecuada agravan aún más esta situación, dejando a millones de personas en una posición vulnerable a enfermedades transmitidas por el agua y perpetuando un ciclo de pobreza.

Según la OMS, con cifras de 2021 todavía más de 2 mil millones de personas en todo el mundo viven en países con escasez de agua, situación que se espera que se agrave en algunas regiones como resultado del cambio climático y el crecimiento demográfico. Según el informe Summary Progress Update 2021: SDG 6 — water and sanitation for all, en el continente el problema es más acuciante en países del África Subsahariana que en el norte y África occidental. Aunque se están haciendo avances significativos para proveer de agua potable y acceso a infraestructuras básicas de saneamiento e higiene, todavía hay que invertir para conseguir el objetivo de la ODS de garantizar el acceso y la gestión sostenible del agua y el saneamiento de forma generalizada.

La electrólisis se posiciona como una solución altamente eficiente

Ante este escenario, la electrólisis se posiciona como una de las tecnologías más prometedoras para la potabilización del agua en África. De forma muy resumida, la electrólisis de la salmuera es un proceso electroquímico del que se obtiene hipoclorito de sodio, entre otros derivados. El hipoclorito de sodio se utiliza para potabilizar el agua para consumo humano, entre otros usos, gracias a su poder fungicida y bactericida.

Por ello, en los últimos años se han incrementado los proyectos de implementación de plantas de electrólisis tanto en áreas urbanas como en zonas rurales, para fabricar hipoclorito de sodio y facilitar la potabilización del agua para uso doméstico, industrial o agrícola. ¿Qué ventajas tiene esto?

  • Al generar hipoclorito de sodio de forma local, se reducen los costes, inconvenientes y restricciones normativas asociadas a su transporte.
  • Estas plantas de electrólisis pueden adaptar su capacidad de fabricación según las necesidades de producción en cada momento.
  • El proceso puede ser alimentado con electricidad proveniente de fuentes renovables.

Así, con el apoyo de gobiernos, organizaciones sin ánimo de lucro y el sector privado, la electrólisis podría desempeñar un papel crucial en la transformación del panorama del agua en el continente africano.

Al fin y al cabo, la potabilización del agua es fundamental para garantizar la salud y el bienestar de las comunidades africanas. Cuando el agua se trata adecuadamente, se eliminan los contaminantes y los patógenos, reduciendo significativamente el riesgo de enfermedades relacionadas como la diarrea, el cólera o la fiebre tifoidea. Además, el acceso a agua potable segura promueve la higiene, facilita la agricultura y contribuye al desarrollo económico al reducir la carga de enfermedades y mejorar la productividad.